
Contemplarán al que traspazaron.
Sólo desde el amor se puede comprender tal entrega,
la vida misma donada, ofrecida en oblación,
por una multitud de hombres y mujeres, peregrinos en este valle de lágrimas.
Queda contemplar en silencio, abrir nuestras mentes,
y escuchar que nos dice el mismo Dios hecho hombre y crucificado a nuestro corazón.
Junto a la cruz estaba María, a su lado esperemos y meditemos.







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